jueves, noviembre 30, 2006

Paréntesis


Esta es la historia que nunca se contó de un abrazo a medias e inmortal, de un beso subversivo, de un adiós premeditado, de miradas repentinas sin destino fijo. Quiero creer que estamos más allá de un hola y un hasta luego.
I miss you my fucking blue prozac girl...

viernes, noviembre 24, 2006

Para empezar la madrugada

Hoy sólo pido un milagro simplista,
insignificante,
indeleble,
mínimo,
para empezar la madrugada cuando atacan los silencios francotiradores;
aullidos de perro alfa sin manada que no se rinde ante la soledad:
un ejemplo para los derrotados no enterados del fracaso.

Hay una luna acusadora,
mordaz,
que sabe poner el dedo sobre la llaga,
que clausura todo intento cicatriz;
y te propongo que de aquí a la nada tomemos un atajo,
pero mi atajo te queda grande,
inútil,
rancio.

Hoy sólo pido un milagro simplista,
un rincón en tu memoria,
una lágrima con destinatario hacia mi rumbo,
hacia mi sur;
hoy sólo pido escuchar que me sueñes,
que me nombres,
que me llames a ratitos,
con o sin permiso.

Sublévate
nomás pa que me alcances
entre segundos marginales,
que me encuentres moribundo
sonriendo a tu pausa
y a tu sombra:
hoy sólo pido un milagro simplista,
insignificante,
indeleble,
mínimo,
para empezar la madrugada.

miércoles, noviembre 22, 2006

Andante

Marchas no solo,
pero sin tropas,
sin fusil,
y sin vergüenza,
con únicamente una dotación de adrenalina caducada.
La ausencia de valor precoz,
que es más bien rabia,
retumba en tus oídos
y el humo del cigarro secuestra una lágrima
de tu ojo izquierdo
cuando las banderas rojinegras se pierden en las oscuridad de una noche sin estrellas
y las sombras grises con escudos, cascos y toletes se carcajean de tu cojera,
de tus palabras amoratadas,
de tu convicción nunca astillada.
Y sigues esperando que se cumpla la promesa
y recordarle a los de arriba que cualquier noche puede salir el sol
donde el presente es pantanoso hasta los huesos;
y sigues buscando al mago que asesina sueños y conejos aquí y en la luna;
lo buscas para cortarle las manos
y ahogar sus gritos de odio y de locura de una vez por todas.

Quien ríe al último muere mejor,
más vivo,
más tranquilo,
más honesto;
y la carcajada autoritaria no es el acto final
aun cuando la lista de mártires se pierde en la memoria colectiva
y los rostros inconformes reclaman con el puño en alto en rigor mortis el relevo contra el olvido:
pueden encerrar al hombre,
no la rabia,
no las ideas,
no los sueños,
no la esperanza.
no la rebeldía
Andante andando barricada hasta las últimas consecuencias
hasta tener en la mano la capucha del verdugo
y la guillotina en el fogón
para calentar y alimentar a los hijos.

lunes, noviembre 20, 2006

Casi nada

Casi nada
–quién coños soy–
Esta es una advertencia pa la que quiera quererme (mucho o poquito)



Hay mujeres que me han dejado, muchas. Afortunadas ellas. Se enamoran de algunos rasgos mínimos de mi alma, y esperan ansiosas a que aparezcan más. Como no sucede, terminan por desilusionarse. Por buscar al hombre ideal en otros fracasos, en otras carteras.

Mauricio Carrera


Patético cadavérico hormonoso descarado, despampanante olvidador, traicionero arrepentido, vagabundo con domicilio conocido, borracho indiscreto a discreción, patológico sin plumas, hedonista libertario, Sancho panzudo agusanado, canabiscioso horripiloso, cacofónico rudo enmascarado, deportista lesionado, apostador sin cartas, romántico disonante, postcubista redondo, frijol sin tortilla, vengador atemporal sin prestaciones, renacuajo jubilado, letroso aferrado, simpático amarguete, amargado paria socialito, tropezante periódico constante consonante, cometa de closet, ostión en el desierto, cerdo de engorda a dieta, fantasma sin sábana, dildo roto sin baterías pero animoso y dispuesto, guitarra desafinada sin la sexta cuerda, mañoso perfumado, Bacanora encabronado, nidito de amor sin luz, agua ni gas, profeta del hubiera, ex novio quejumbroso reumático, amante comodín, hermano impar, hijo que prometía (nadie sabe qué), cunnilingus orgullosus adictus y libertino teórico en teoría.

martes, noviembre 14, 2006

lunes, noviembre 13, 2006

jueves, noviembre 09, 2006

Esperar sentado

No hay peor lucha que una sin copas
para brindar de un adiós a otro;
no me regañe porque mi sobriedad brilla por su ausencia
cuando sus ojos y sus manos embriagan sin remedio.

Yo no quiero que me quiera
como formalmente usted lo quiere;
yo no prometo una vida calma
con pantuflas a la mano.
Yo no quiero que me tome de la mano
como formalmente toma de la suya;
yo no prometo coche en puerta
camino al súper y al gimnasio:

Yo prometo despertar cada madrugada
para narrarle historias con mis manos,
escribirlas en su espalda,
en su rostro,
en sus senos,
en su ombligo,
en su pubis,
en sus piernas;
yo prometo ahuyentarle pesadillas cada luna llena
cuando la memoria hombre lobo
esté hambrienta de nostalgia;
yo prometo charlas y debates
donde logre usted opacarme y desmorone argumentos
con palabras y sus labios;
yo prometo naufragar en sus brazos
bajo la luz de los faroles y taxistas trasnochados
cada que haga falta;
yo prometo tantas dulces guarradas
y colmenas de sabrosa impertinencia
que le roben carcajadas
y regalen buenas noches buenos días.

Quiero empezar de nada para regalarle mi todo,
mis secretos hedonistas culpables y no tanto,
mis desveladas descaradas inocentes y no tanto;
para regalarle mis ganas de roncar su incertidumbre
y fumar sus miedos,
de digerir sus reproches amorosos.

Pero si usted no piensa lo que siento
ni lo siente al pensarlo,
no se preocupe,
igual sé esperar sentado.

martes, noviembre 07, 2006

Salí y llegué...

Salí más cabrón que bonito y llegué más solo que calvo.

lunes, noviembre 06, 2006