Tengo ganas de respirar... pero mis pulmones están agusanados.
martes, junio 27, 2006
miércoles, junio 21, 2006
"Optimista informado de segunda", o "domingo siete más once"
I
Domingo. No fue mi día. Fue un día pésimo (siendo honesto): malas noticias desde el sur, discusiones que simplemente no entiendo y alguien se molesta conmigo con toda la pasión del mundo (hasta me colgaron el teléfono insistentemente… porque insistentemente marqué).
Hace 10 años vino Maldita Vecindad a tocar en Hermosillo. Yo estuve ahí. Tenía 18 años, y en la última canción (sí, Kumbala) mi novia me manda al carajo. Mi novia de la prepa, la primera de a devis, la que te desquinta y desquintas, la que crees, entonces, que será la buena, la para siempre (porque eres un mocoso muy idiota). Y como sí eso no bastara, empezó -en el momento del cortón- una llovizna burlona. Recuerdo que ni siquiera me pude levantar del pasto (la escena era toda una caricatura cliché como para desperdiciarla); simplemente me quedé ahí, inmóvil, en silencio, escuchando la maldita canción de la Maldita y preguntándome si desde ese momento para siempre la mentadita rola me amargaría la existencia cada vez que la escuchara.
El domingo, este domingo 18 de junio del 2006, tocó Maldita Vecindad de nuevo en Hermosillo: bailé, grité, sudé como loco y perdí como 5 kilos. Pero hoy como hace 10 años, terminaron el concierto con la misma canción. Y ahí estaba yo, cargando un horrible día en el lomo emotivo y explotó la bomba. Y aquí estoy, casi a las dos de la mañana buscando saber si hay alguien al otro lado del monitor qué le importen mis depresiones literarias light. Buenas madrugadas… 10 años después. He dicho.
II
-Hace mucho que no me escribes nada bonito.
-Cómo no, mamón, escribí tu epitafio: “Aquí yace un cadáver muerto”
Domingo. No fue mi día. Fue un día pésimo (siendo honesto): malas noticias desde el sur, discusiones que simplemente no entiendo y alguien se molesta conmigo con toda la pasión del mundo (hasta me colgaron el teléfono insistentemente… porque insistentemente marqué).
Hace 10 años vino Maldita Vecindad a tocar en Hermosillo. Yo estuve ahí. Tenía 18 años, y en la última canción (sí, Kumbala) mi novia me manda al carajo. Mi novia de la prepa, la primera de a devis, la que te desquinta y desquintas, la que crees, entonces, que será la buena, la para siempre (porque eres un mocoso muy idiota). Y como sí eso no bastara, empezó -en el momento del cortón- una llovizna burlona. Recuerdo que ni siquiera me pude levantar del pasto (la escena era toda una caricatura cliché como para desperdiciarla); simplemente me quedé ahí, inmóvil, en silencio, escuchando la maldita canción de la Maldita y preguntándome si desde ese momento para siempre la mentadita rola me amargaría la existencia cada vez que la escuchara.
El domingo, este domingo 18 de junio del 2006, tocó Maldita Vecindad de nuevo en Hermosillo: bailé, grité, sudé como loco y perdí como 5 kilos. Pero hoy como hace 10 años, terminaron el concierto con la misma canción. Y ahí estaba yo, cargando un horrible día en el lomo emotivo y explotó la bomba. Y aquí estoy, casi a las dos de la mañana buscando saber si hay alguien al otro lado del monitor qué le importen mis depresiones literarias light. Buenas madrugadas… 10 años después. He dicho.
II
-Hace mucho que no me escribes nada bonito.
-Cómo no, mamón, escribí tu epitafio: “Aquí yace un cadáver muerto”
jueves, junio 15, 2006
martes, junio 13, 2006
Soledades
Bueno, Mario Benedetti lo dijo mejor que yo... va por la serotonina ausente.
Soledades
Ellos tienen razón
esa felicidad
al menos con mayúscula
no existe
ah pero si existiera con minúscula
seria semejante a nuestra breve
presoledad.
Después de la alegría viene la soledad
después de la plenitud viene la soledad
después del amor viene la soledad.
Ya se que es una pobre deformación
pero lo cierto es que en ese durable minuto
uno se siente
solo en el mundo.
Sin asideros
sin pretextos
sin abrazos
sin rencores
sin las cosas que unen o separan
y en esa sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo.
Los datos objetivos son como sigue.
Hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos
claro que la soledad no viene sola.
Si se mira por sobre el hombro mustio
de nuestras soledades
se vera un largo y compacto imposible
un sencillo respeto por terceros o cuartos
ese percance de ser buena gente.
Después de la alegría
después de la plenitud
después del amor
viene la soledad.
Conforme
pero
que vendrá después
de la soledad.
A veces no me siento
tan solo
si imagino
mejor dicho si sé
que mas allá de mi soledad
y de la tuya
otra vez estas vos
aunque sea preguntándote a solas
que vendrá después
de la soledad.
Soledades
Ellos tienen razón
esa felicidad
al menos con mayúscula
no existe
ah pero si existiera con minúscula
seria semejante a nuestra breve
presoledad.
Después de la alegría viene la soledad
después de la plenitud viene la soledad
después del amor viene la soledad.
Ya se que es una pobre deformación
pero lo cierto es que en ese durable minuto
uno se siente
solo en el mundo.
Sin asideros
sin pretextos
sin abrazos
sin rencores
sin las cosas que unen o separan
y en esa sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo.
Los datos objetivos son como sigue.
Hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos
claro que la soledad no viene sola.
Si se mira por sobre el hombro mustio
de nuestras soledades
se vera un largo y compacto imposible
un sencillo respeto por terceros o cuartos
ese percance de ser buena gente.
Después de la alegría
después de la plenitud
después del amor
viene la soledad.
Conforme
pero
que vendrá después
de la soledad.
A veces no me siento
tan solo
si imagino
mejor dicho si sé
que mas allá de mi soledad
y de la tuya
otra vez estas vos
aunque sea preguntándote a solas
que vendrá después
de la soledad.
lunes, junio 12, 2006
jueves, junio 08, 2006
El mundo bajo mi uña
Voy a construir un microcosmos invisible, sin Dios, sin Estado, sin Iglesia, sin odio, sin amor; sin promesas y castigos. Voy a construir mi propio mundo bajo mi uña: un lugar donde esconderme, un lugar a donde escapar por un instante, hasta que me encuentren ellos o la Muerte.
Maldita soledad concurrida.
martes, junio 06, 2006
domingo, junio 04, 2006
sábado, junio 03, 2006
Va... una semana.
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