lunes, febrero 26, 2007

...y como dice Joaquín Sabina

Cuando alguien muere
siempre se le mandan flores,
pero tú ni flores
vas a recibir de mí.

Tigres del Norte
Y es tiempo de todo, que la nada quede atrás; que las expectativas del adiós con sabor a hasta luego se transformen en nunca. Y quién soy yo para decirte que no o para decirte que sí.
El pasado sabe bien: qué feliz la remembranza selectiva… no toma prisioneros, por eso nos encanta vivir en el pasado, pero prefiero hoy, mañana, y en el pretérito presente, aprender a soltar las riendas, a no rogar más, y por eso me pierdo y me encuentro entre las canciones de José Alfredo, de Lila, de los magníficos Súper Seven, del grandioso Flaco Jiménez.
No tengo miedo… y si tengo miedo hago como que no, me agarro los destos y me pongo bien aguantador, bien renuente, y aquí no queda nada nadita de lo que fui, a menos que cuentes la refuncionalización de mi alter ego.
Qué lindo es crecer, hacerse viejo poco a poquito leyendo al uruguayo, al buen Mario y su tregua.
Aquí no quedan remordimientos, no hay espacio para disculpas, porque, mi morenita, no puedo disculparme por lo que fui, porque lo que fui me regala lo que soy y negar todo eso es negarme y no me niego y a las pruebas me remito pero andante y sabroso, porque feo y todo, me quiero y mucho.
Y fumo Alas y tomo un trago de tequila pa los momentos esos que ponen a cualquiera triste y no queda más que cantar con el mariachi. Y la puerta negra está cerrada, pero qué la chingada, así la quiero, cerrada y con un chingo de candados, pa que los recuerdos se queden así, como recuerdos. Y de ahí no salen ni Paola, ni Rosario, ni Adriana, ni a punta de madrazos.
Puedes preguntar por ahí, por allá y más allá. Sigo siendo yo, mutado, pero sigo siendo yo; la barba no deja de crecer y mis tres pelos en el pecho ahora son cinco, felices y nada nostálgicos, porque uno tiene su dignidad, su antojo de caer y levantarse. Sí, ése soy yo, el otro y este yo. De aquí al infinito, de aquí caminante que hace camino a pie y descalzo o con huaraches de llanta, de esos que no mueren pero que ven morir los pies, los cayos, los uñeros, pero que, insisto, no mueren, y andan y andan, y marchan y marchan, querida marchante marchitada.
Y el kilometraje se impone, exige que el amor sea nómada y vengativo, pero a la vez con mala memoria, de esa mala memoria que lo invita a uno a tropezar con la misma piedra, dulce piedra de azúcar con amnesia.
Y quién soy yo para decir basta; aquí nomás truenen los chicharrones de la flaca, de la Catrina y compañía, y me voy con ella cuando ella lo pida; quién soy yo pa renunciar cuando el odio es más pasajero que los orgasmos de verano, los orgasmos solitarios de cualquier mocoso precoz de secundaria.
¿No está usted de acuerdo, no está usted resignada a regalar esperanzas con remitente? Estamos aquí para traicionar y ser traicionados, pero idiota quien viva pidiendo disculpas, quien viva intentando reivindicarse en un maniqueo indiscreto, incómodo.
Lo que quieras de mí te lo doy, pero me lo regresas con intereses hormonales, que pa eso, creo yo, no soy tan peor.
Y me la pasé renegando de la muerte para finalmente brindar con ella por los amigos muertos y su ubicuidad, por los amores difuntos y sus respectivos velorios, por los sueños rotos y los deseos enmendados. Yo no soy la memoria donde arde una cascada de promesas, pero mis venas saben de qué hablo, porque en ellas mis anhelos caducados viajan entre residuos de mezcal, de cannabis, y comparto vaisas y caballitos que relinchan anestesia.
Y al final, al principio y despuecito de eso, sigo siendo yo, contigo o sin ti. Y si algo es seguro es que este cadáver muere con una sonrisa, porque me sé viejo prematuro, amarguete por convicción, hedonista por compromiso, sabroso y gustoso.
Salud y hasta el fondo, y tú que no me quieres no pienses en mí… no mucho, nada nomás, porque como dice Joaquín Sabina, “quise más a la que más me quiso”, y agrego, quiero más a la que más me quiere… pero ninguna me quiere, y yo con la preocupación.

7 comentarios:

Tánori dijo...

Ijole, pon que me lo dedicas mi buen, di que lo escribistes por mi, que me estas decribinedo mi vida. Di que, por que no se escribir lo hicistes, nada más cambiarle los nosbres por: "Dora, Luz, Rosario (aqui si conincidio el nombre nada más), y por la ultima, ya sabes quién
. Je, cabrón te extraño, je... Saludos.

Sovka dijo...

salud y hasta el fondo!!!!!!


Hola.

DaRLa GarRapAtA dijo...

salud jinete!
nee ya te dije esas mamadas del
bonito amor eterno, el pinche
te amo para siempre nonono
no es para nosotros creeme
tendremos ke ser unos perrillos
en la guerra esta jajajajajaaj

Teh Ramón. dijo...

No tiene la culpa el indio, sino el que lo hace cadaver?

r. dijo...

saludole!

B West dijo...

huy pues ahora me siento muerta, porque hace tiempo que ni sufro, ni recuerdo, ni me llegan esas rolas!

menos ando recordando nombres, como su los hubiera tirado al río y ni su sombra quedo en este rancho.

chale.

Minerva dijo...

bien bien bien... llegador, sufrido, adolorido... se siente eso. y ese cierre me saco una risa con un dejo de nostalgia!... saludotes chico!