jueves, marzo 27, 2008

Era mi esposa

Se escucharon disparos cuando menos de tres escopetas y una cuerno de chivo. Inmediatamente y por instinto salí a la calle para ver de dónde venían los tiros y averiguar qué estaba pasando.
Cuatro tipos con pasamontañas, vestidos todos con camiseta blanca y pantalón militar negro, observaban el cuerpo en medio de la calle de un hombre vestido de traje gris, ya sin medio rostro y pintando el asfalto de rojo necrum como de revista de nota roja.
Me acerqué un poco hasta llegar a un auto estacionado y logré esconderme lo suficiente cerca como para escuchar lo que decían: “Cómo son pendejos, este hijo de nadie no es el bueno”. Y sonó mi celular. Era mi esposa. Seguramente para recordarme que pasara por la ropa con el sastre o para reclamarme el cheque rebotado de la colegiatura de las niñas… antes de apagar el teléfono, contestar o salir corriendo, ya tenía una escopeta apuntando a mi rostro y quien la apuntaba gritaba: “Éste es, jefe, éste güey es el bueno, es el reportero”. Y disparó.

12 comentarios:

Unknown dijo...

Wooorale que buen cuento...luego me das unas clasecitas

Pau dijo...

uyy que bonito poyo

te kero nene beshos

Pau dijo...

uyy que bonito poyo

te kero nene beshos

Darla Neko Malkimiaw dijo...

chale sabes hace años
keria ser reportera
cuando tenia unos 15 años
soñe mi propia muerte por esto
y se me kitaron las ganas
y mas al ver los noticieros
triste pero cierto ...

Anónimo dijo...

porque se me hace familiar!

Naik.Hideki dijo...

si en México existe la libre expresión... que raro, fue un compló.

Tánori dijo...

jajajaja que machin, siempre tiene que regarla la mujer de uno, je broma... esta machin.

r. dijo...

chale.. el era mi esposo.. y el.. mi amante .. jaja

saludos :)

Anónimo dijo...

Es puro albur, ¿ni modo que hayas sobrevivido para contarlo? La realidad es que eres actor porno gay y ese escopetazo fue puro... giak.

Ana Corvera dijo...

jaja genial

Ōkami dijo...

ah, chingado!

Omar Bravo dijo...

muy bueno