
Y que quede bien claro, eso del sentimiento de culpa, del chantaje sentimental y la prohibición y satanización de lo que da placer, es la herencia directa en occidente de la visión judeo-cristiana del mundo: la juventud (y el mundo entero) se merece el éxtasis. ¿Quién dijo yo?
5 comentarios:
¡Yo!
Cristina
Mas vale gozar con el cuerpo, que con el pensamiento! Saludos!
¡yo! ¡yo!
i miss you muchacho
¡Yo!
Ah pss yo tb
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