jueves, septiembre 01, 2005

MÁS DE LOS GUANDERS YIRS

Más de los guanders yirs
(soy un patético nostálgico sin remedio)

A la semana –ahí por el 95- eran seguras hasta tres reuniones caguameras en mi cantón. Más de una vez llegué de la escuela y ya había gente afuera de la casa con varios envases llenos y varios vacíos… o medio llenos. La fiesta empezaba con o sin mí.
La mayoría por ese entonces no pasábamos de los 18 años: algunos en la prepa y otros habían renunciado ya al estudio. En total, cuando la fiesta se ponía bastante bien, llegábamos a ser como 15, y más los acoples pasábamos de 20. Buenas fiestas aquéllas donde nos reíamos de las crudas y esperábamos los fines de semana con bastante entusiasmo. Y no por la peda, no. Para la peda el día (o la noche) era lo de menos: el calendario nunca detuvo la parranda etílica. La razón de la importancia de la espera era porque generalmente los fines de semana eran las tocadas y los conciertos.
Íbamos en bola a El Lagartos, El Místika; a las tocadas íntimas en el Macondo, a las de la UNI, a las que se hacían en locales de piñatas (locales que nunca se conseguían por segunda vez), así como en los talleres en la San Benito (que eran varios, como el del Ruco Oldie), y por supuesto, las tocadas en la casa de la cultura.
Y en vivo escuchábamos a Suciedad Discriminada, Astaroth, Víctimas, Detector de Violencia, Expiatorio, Reencarnación, El Ruido, Fourda, Ethos, Brillos, La Cruda, Stress, Sectas, Los Hi-jos, Wicked, Tekartones… y un chingo más de todo Sonora y bandas de fuera como: Aurora Negra, Ass Rash, Coprofilia, Espécimen, Kracneo, Next, Transmetal, Parasite, Caifanes, La Lupita, Santa Sabina, La Cuca, Luzbel… cualquier tocada o concierto era bueno para una fiesta antes y después.
Entre cura y cura nos hacíamos llamar el Congreso Alcohólico y una que otra vez fuimos con spray en mano y firmamos C.A. en una que otra bardita. Y si creen que nos la tomamos muy en serio, chequen a los que firmaban V.A.A.R. (Vatos Adictos Al Rock). Pura chavalada, jejeje.
Por esos días fueron tan bien conocidas las pedas en mi casa en todo Hermosillo que en un concierto donde tocó La Matateta (banda ska del DF), todo mundo invitó a todo mundo (hasta a mí me invitaron) a una fiesta “ahí por Valle Verde, atrasito del Telemax”. Sí, resultó ser en mi casa. Vaya sorpresa: llego a mi cantón y toda la cuadra llena de carros y gente con caguama en mano; una fila de 20 morras pidiéndome el baño, los de la banda del DF fumándose un churro en la calle, y no faltó el pendejo que cuando quise entrar saliera con el rollito de “eh morro, a la cola, ésta es casa de un compa mío, vete a la cola… a ti quién te invitó”. Y puras de esas.
Pero eso sí, las mil y una pedas y nadie nunca de los nunca se apareció al otro día a recoger una pinche ficha o de perdida a echarle agüita a las guácaras. Y así fue como dejé de ser la oveja negra de la familia y llegué a conquistar el título de oveja negra de toda la colonia. ¿Cuántos pueden llegar a decir que han logrado algo así en su vida?
Y ahí mismo conocí a un chingo de gente. Cuánta raza no estuvo de paso, a cuántos no les latió tanto la vibra que se acoplaban al Congreso Alcohólico… y lo chido es que uno que otro viene de vez en cuando a recordar esos días… y noches (y más chido es que viene nomás uno que otro a la vez, no los 15 ó 20 de un jalón, jejeje).
Yo sé que les importa un pito con sífilis saber quiénes eran y quiénes son, pero esto va dedicado a ellos y ellas, quienes para bien o mal me enseñaron a enseñarme un buen de cosas. Así que a continuación una lista semibiográfica (incompleta y parcial, lo admito) de algunos de aquellos personajes.

Jesús Tánori, alías El Cirros o El Tánori
A este cabrón lo conocí cuando todavía no me corrían del Vanguardia, de hecho este güey estaba todavía en la secundaria. Lo empecé a camarear una noche donde tocaron los Putrefaxión Juvenil. Este compa -compa ayer, hoy y siempre- fue desde el inicio una persona que me enseñó lo que era la diversidad musical, a valorarla y disfrutarla. Él sabía escuchar con un gran placer todo género y subgénero que en ese entonces se conocía. Este cabrón ahora es todo un psicólogo y trabaja en el CIAD. Y pa los que están intentando hacer memoria, sí, él fue el primer vocalista del grupo Luxor, que en aquellos días tocaba Doom Metal y no Heavy.

Pedro Iván, alias El Lelo

Nos conocimos en el kínder y fuimos bien compas hasta cursar poco más de la mitad de la prepa. Me dejó de hablar (entre otras cosas, supongo) porque le puse dicho apodo carrillero y que tanto le hacía enojar. Tengo intenciones de un día de estos invitarle una caguama -a ver si me la acepta-, y es por eso que me abstengo de contar qué significa y la anécdota y circunstancia en que nace tal apodo. Si lo ofendí, compa, no era la intención…
Este canijo ha sido taxista, cantinero, encargado del changarro de sus jefes, y hasta trabajó o trabaja en Megacable o Megared. Pedro era conocido por ahorrar dinero por semanas -y a veces por meses- para gastarlo todo de un jalón en La Casa del Rockero (cuando las playeras y la música eran originales de los “yu-es-ei”, no como ahora, je). Gastaba casi hasta mil pesos de un jalón en cintas (todavía no había muchos cidís) playeras y no sé cuántas cosas más. Fumaba más de una cajetilla diaria de cigarros y le encantaba contar anécdotas sobre cómo él y su cuñado se tomaban no sé cuántos litros de cheve.
Hoy está casado con uno o dos hijos. No sé mucho de su presente, pero me gustaría.

Javier, alias El Pony

Vaya, en verdad este cabrón sí es todo un personaje. Hay tanto qué decir. Cuando lo conocí me pareció de lo más simpático y recuerdo que hasta me llegué a formular la siguiente pregunta: ¿es posible que exista alguien en este mundo -u otro- que pueda llegar a odiar a tan simpático hombrecito? Pues, resulta que sí: Yo. Y muchos más que después llegaron a conocerlo bien. Está bien, sé que exagero con eso de “odiar”, pero cuando menos te lo esperabas, salía con una jalada gacha y ponía su simpática cara de “yo no fui”.
Chico popular entre los metaleros de nuevo ingreso a la escena (en esos días). Le gustaba practicar deporte, sobre todo levantamiento de pesas, y aunque no era muy bueno, también se dedicaba a tirarle el rollo a las novias de sus amigos. Ahora es un niño bueno (según me han dicho) ya no se considera a sí mismo un “satánico ecologista” (concepto que nunca entendimos), ya no quiere tocar y cantar en una banda de Black Metal, ni pintarse como metalero noruego o como los de la Black Metal Mafia. Dicen que se cortó la greña y se viste “normal” y se consiguió una novia formal. La neta es todo lo que sé de él desde que nos desafanamos. Y honestamente no me interesa ponerme al día, jajaja.

Norberto, alias El Wácaras

Metalero brutal de a de verás (sea lo que sea que eso signifique). Gustaba de la música más extrema y no le latía para nada el punk ni el hardcore y todo aquello que no fuera ruido le daba hueva. Nunca tuve pedos ni broncas con él, y aunque tampoco fuimos uña y mugre sacábamos bastantes curas. Cuando el Congreso Alcohólico se desafanó, de lo único que me enteré de su vida es que aprendió a tocar batería y estuvo tocando buen rato con Khafra. Ah, también tocó junto con el Pony y el Tavoludo en la primera banda Black de Hermosillo: Black Nazareth.

Roberto… sin alias, hasta donde yo recuerdo

Don Juan y Casanova; verbo poderoso con las morritas… bueno, eso fue hasta que entramos a la UNISON. Ya en la UNI su fama fue su perdición. Todas lo conocían y se advertían sobre él. Se volvió un mito. Si eras chica tenías que sacarle la vuelta para evitar caer en el encanto se sus lindas palabras. “¿Eres el Roberto del COBACH Reforma? Adios.”
Este cabrón es bien compa, y de vez en cuando junto con El Tánori nos aventamos unas chelas bien heladas (siempre y cuando el mandil les da tiempo). A Roberto nunca le gustó el ruido, estaba en el rollo de las tocadas por las chicas, las cheves y el desmadre. Con él he compartido no sólo pedas sino que inclusive estuvimos juntos en un grupo de teatro (actividad para la que él estaba pesado y no debió dejar). Hoy está por terminar la carrera de Derecho y dice que ya cambió… pero nadie le cree, jejeje. Si estudias en la UNI quizá lo conoces. Antes de entrar a Derecho estuvo en Geología y en Ciencias de la Comunicación. ¿Qué si por qué terminó en Derecho? Si le preguntas te contestará que el día de inscripciones sólo para evitar la fatiga se metió a la fila más corta.
Ah, como dato anexo, pa los que les gusta la literatura chicana, Roberto es sobrino de Miguel Méndez. Sí, ese mero.

Raúl, alias El Virola… se hacía llamar a sí mismo El Mejor del Mundo

Estábamos en el COBACH Reforma, y aunque ya nos conocíamos, no nos hicimos compas-compas sino hasta que nos corrieron de dicha escuela y entramos al I.M.C. (preparatoria ya desaparecida donde entraban los y las corridas de los cobaches). Al principio su rollo era bien cholesco, inclusive hasta fuimos más de una vez a intentar hacerla de táguers amateurs. Pero pos como se fue acoplando le latió más el rollo de las tocadas que andar tirando barrio, no era violento pero era muy bueno pa los trompos. No sé cómo chingados le hacía pero sabía ponerme de buenas siempre que me daba pa abajo. Creo que terminó la carrera (también estudió Derecho) y es bien entrón en lo que chambee. Medio aprendió a tocar la guitarra y me invitó a hacer una bandita donde yo tocaría el bajo, pero el día del debut se botó, se puso hasta el culo y pos ahí quedó la historia de la banda.
De vez en cuando lo veo, aunque me gustaría verlo más seguido.

Juan Pedro, alias El Malva

Compa chido, muy chido. Bajista, guitarrista y uno de los moneros más pesados que he visto. Aunque desgraciadamente eso del dibujo sólo lo vio como un pasatiempo y el cual creo que ya abandonó desde hace algunos años. Ha tocado en bandas como Legión y Dínamo. Cuando nos dejamos de acoplar en mi casa perdimos el contacto, pero poco a poco hemos estado camareando de nuevo en una que otra pedo que nos encontramos en casa del Roberto.

Jesús Hurtado, alias El Falopio

Apodo muy mamón (por eso de lo trompudo) pero que igual se le quedó desde la secundaria. Siempre probando cosas nuevas, fue el primero que se animó a decir que le latía el hardcore y el punk entre tanto metalero maldito, jejeje. Cuando se desafanó entro a cantar a El Grito. Fue su primer vocalista y si checas el cidí de esta banda encontrarás que varias letras que usan ahí son de él. A que no sabías eso, cómo te quedó el ojo.
Entró a la universidad pero la dejó a medias, hizo varios cortometrajes y un largometraje (que se presentó en el Auditorio Cívico del Estado) y lleva años viajando a Estados Unidos pa juntar lana y hacerse de equipo para hacer cine y para irse a estudiar cine a España. Envidia de la buena, mi buen. Saludos a Victoria Abril y suerte.

Pues, bien… la neta éramos un chingo como para nombrarlos a todos y todas con lujo de detalle. Pero bueno, pa que no digan que se me olvidaron, he aquí otros nombres de los que se mencionaban seguidos por estos rumbos en esas pedas tan rocanrroleras: Abraham “Blacky”, Edgar, Gladis, Uriel, Paola, Karina, Wácarón, Wacho, Botete, Báner, Igor, Donato, Matute, Marcela, Pancho, Axel, Topete, Rubén, Daniel “Cri-Cri” Tavoludo, Manuel…

Y aquí estoy, a 10 años de todo aquello. Ya no podemos ser como Kurt o como Max Cavalera, ni vivir sólo para pistear, noviar e ir a tocadas. Pero qué carajos, negar lo que fuimos o quisimos ser, es negar lo que somos.
Ya no existen rencores sobre esos días, cuando menos no de mi parte. Lo que pasó, pasó y lo que no… pos no. Y toda historia tiene tres versiones: La tuya, la mía y la verdad. Así que… bueno. Sigo estando aquí. Me despido con una letra de una bandota llamada Ezkorbuto.

Cuidado
Gentes ignorantes
que antes nos tenían miedo
cogen confianzas que nunca les dimos
Cobardes,
que van de valientes
hablando de nosotros mal ante la gente
Creéis que todo tiene un límite
así estáis todos limitados
Cuidado (cuidado)
os avisamos,
somos los mismos,
que cuando empezamos...
Gentes ignorantes
que antes nos tenían miedo

3 comentarios:

Lenore dijo...

falto la foto...esa del recuerdo que todos guardamos alguna vez

Miryam dijo...

Si, eso pensé tambien

CadávEr Muerto dijo...

Pos no... no hay fotos. Alguna vez hubo, pero no... ya no. Por ahí debo tener los negativos, pero sería una búsqueda arqueológica entre las ruinas de mi cuarto, jejeje. Hola.