Sonrío a medias con la mirada en vigilia ante la lluvia de pretextos.
Sonrío a medias entre las piernas de una mujer de obvia diacronía,
entre opciones clausuradas,
entre expectativas a consignación
y colillas sabor arrepentimiento.
Sonrío con la novedad de una reputación bisiesta,
una taza de café quemado,
una resaca de nicotina,
una venganza fragmentada para una disculpa bajo llave.
El invierno se atora en la garganta,
el humo regala una ceguera predispuesta,
el destierro se disuelve en la ausencia del mezcal,
la barbarie reconfortante declina ante la deshidratación de la endorfina,
ternura descompuesta de suicida jubilado:
Un poema fétido casi masoquista,
con textura de eutanasia,
dice hola cuando transpira un adiós.
Y sin embargo sonrío... a medias.
viernes, noviembre 28, 2008
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8 comentarios:
Hace tiempo no sonrío a medias... Las sonrisas a medias solo traen consigo y para mí tristes recuerdos. Hoy sonrío por completo y así libero mi alma.
Pasa una excelente semana!
fétido, tanto que hasta acá huele.
pero cierto...
mmm... no me gustan los tazos de los Simpsons pero si tienes de los looney tones talvez...
no es que sonríamos, es más bien una especie de desarrugamiento de un gesto. que nada de malo tiene eh?
no estemos tristes, pongámonos róq.
saluditos y querencias.
Hay situaciones en que no nos queda mas que sonreir.
vàyale al mìo.
hola!
de que evento no te conte?
saludos
Pues que bonito es lo bonito.
Por aqui dejando un Hola.
Las resacas de nicotina, son de lo peor. Sobretodo cuando no fumas.
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