Quiero escapar hacia el motel
y sus películas de coito obvio,
quiero instalarme en la barra
a la hora feliz
decidido a seguir perdiendo.
Voy de madrugada en madrugada
agarrando aire y valor
para no ahogarme en este insomnio.
Voy de copa en copa
buscando tus senos que me sueñan,
que me sufren,
sueño
sufro
yo.
Ay,
Flaca,
en tierra de ciegos el cabrón termina tuerto,
nada sobrio y disimulante fallido
sobre un piano imaginario importado desde Casablanca.
Una sombra deja-abajo se despide
con una palmadita cáustica en la espalda,
enseguida del puñal que un buen amigo me encargó por ahí.
Dime hacia dónde escapó la pata disléxica de conejo,
el trébol cojo
y el espejo roto que nunca se rompe.
jueves, agosto 28, 2008
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5 comentarios:
Pinchi cadáver. No sé si sepas, pero detesto dar palmaditas en la espalda a malos poetas y sus malos poemas; no sé si sepas, pero me gusta mucho la poesía y me gustó mucho este poema, así que si te lo digo es porque es muy cierto. Hace mucho que no leía un poema así como este. Me recordó a Tom Waits más que a Sabina. Me gusta Sabina, pero me cagan los poetas que quieren ser coo él.
...mi hígado quiere ser como el de Sabina. ¿Cuenta? Saludos, carlos mal pacheco.
oh...
Triplete de J.C. Cacho. Y mis PUMAS ganaron 3-0 al Atlas. Goya, goya!
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